“La puerta al Ártico”, situada sobre la boscosa isla de Tromso, ofrece al visitante el interesante Museo Tromso (etnológico, zoológico y geológico) y la espectacular Catedral Ártica, cuya arquitectura ultramoderna simboliza la fuerza de los hielos que surcan el océano. No te puedes perder el centro medioambiental polar, donde es posible explorar una reconstrucción fiel y detallada del clima y el entorno ártico. Está unida a la costa por un gran puente que conduce a los principales puntos de interés y a las actividades industriales. Conviene señalar que está aquí la Catedral Árctica que ya hace mucho tiempo se hizo el símbolo eterno de Tromso. Es como un soberbio iceberg, una obra maestra auténtica de los arquitectos. Está embellecida por unas ventanas de mosaico, parece un palacio de la reina de nieve del cuento de hadas. Uno puede familiarizarse con la historia de esta ciudad y ver hallazgos históricos en el museo de Tromso, inaugurado en el siglo XIX. Los cazadores y pescadores tendrían que recorrer el Museo Polar, donde se preserva una colección muy especial de armas, aparejos de pesca y otros atributos, relacionados con el oficio.